El amor entre razones. (SG)
No podrá existir idea alguna de amor,
cuando en nuestra soledad humana lo entendamos.
Que razonar no se encuentra en lo que amamos,
un cuerpo blando y dulce, ingerido con tal furor.
Algunos alardean cada sensación imaginaria,
caricia otorgada por instintos más que humana.
Perdiendo cada capacidad como adicto al Mana,
una delicia incapaz de guardar adicción incendiaria.
Placenteramente olvidamos nuestro mísero fin,
con la intención de vivir en un apacible sueño.
Sin duda por visiones de colores sin dueño,
tan elocuente como un maniaco en el oscuro Rhin.
Devastando determinaciones solo por casualidades,
de las cuales el amor hace morir sin cautela.
Igual que la sociedad elimina la aurora de la estela,
exigiendo de si mismo las verdaderas cualidades.
Cada beso transformado en suspiro de ti deseable,
Defines lo irrazonable en estancias de amor ideable,
¡por ti! Rosa de marfil la muerte pierde sus argumentos.
Al sucumbir ante tus ilusiones con súbitos deseos,
Sin desconocer el aroma de virtud palpable.
Al final lo único benigno en el mundo es la mujer añorable.
No podrá existir idea alguna de amor,
cuando en nuestra soledad humana lo entendamos.
Que razonar no se encuentra en lo que amamos,
un cuerpo blando y dulce, ingerido con tal furor.
Algunos alardean cada sensación imaginaria,
caricia otorgada por instintos más que humana.
Perdiendo cada capacidad como adicto al Mana,
una delicia incapaz de guardar adicción incendiaria.
Placenteramente olvidamos nuestro mísero fin,
con la intención de vivir en un apacible sueño.
Sin duda por visiones de colores sin dueño,
tan elocuente como un maniaco en el oscuro Rhin.
Devastando determinaciones solo por casualidades,
de las cuales el amor hace morir sin cautela.
Igual que la sociedad elimina la aurora de la estela,
exigiendo de si mismo las verdaderas cualidades.
Cada beso transformado en suspiro de ti deseable,
Defines lo irrazonable en estancias de amor ideable,
¡por ti! Rosa de marfil la muerte pierde sus argumentos.
Al sucumbir ante tus ilusiones con súbitos deseos,
Sin desconocer el aroma de virtud palpable.
Al final lo único benigno en el mundo es la mujer añorable.
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