domingo, 28 de junio de 2009

El error no es mío.

El error no es mío. (SG)
Que maravilloso ha de ser encontrar la paz,
Cuando inunda cada hogar repleto de hijos.
Pendientes al día como estrellas flotantes con hilos,
Solo para encontrarse con la esencia de una diminuta az.
Algunos en las calles contemplan el cielo,
Otros intentando abrir los ojos con histeria.
No parece haber cura para este mal, ¿será malaria?,
No, es más fuerte que el cáncer, un ser hecho de miedo.
Oculto como depredador a la caza, al acecho,
Sólo no podrías cometer tu cobardía inhumana.
Y por eso causas daño a ideales con tu vil marihuana,
Intoxicando a hijos, capaces de cambiar todo hecho.
Por setenta pesos son capaces de olvidar la razón,
¡lo olvide!, ustedes no tienen valor ni temor.
Escucho a un joven ignorante hablar de labor,
Tan sencillo como jalar un gatillo con fácil decisión.
Cual es tu excusa para ahogarte en malicia,
Un trauma, un padre alcohólico, que fue.
Dices sufrir por no haber tenido guía, sin Fe,
Te reclamas la muerte de tus sueños sin astucia.
¡Porque compadecerte sino eres nada!.
Arrebataste a un inocente por tu adicción,
Deseas ahora que Dios salve tu aflicción.
Tal vez en un centro de rehabilitación lo sepas,
Tu pobre mente causo dolor sin condición,
¡Vamos! Levanta tu arrogante rostro no es una maldición.
No fuiste tu, fue la droga quien lo asesino.
No, ¡fuiste tu!, quien arrebato un hijo con dolor,
No, tu no fuiste, al menos eso gritaba tu madre con temor.




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